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Cada vez que en la UE nos llevamos algo a la boca, podemos masticar tranquilos. Según el informe anual de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), el 97% de los productos analizados contienen residuos de pesticidas pero dentro de los límites permitidos. Y en un 53,4% de los casos, ni siquiera se hallaron cantidades medibles de ellos.

Los alimentos europeos son seguros, pero un poco menos los que importamos de terceros países, que en un 6,3% de los análisis superaron los límites permitidos en la UE. Por países, Vietnam, Kenia, Malasia, Guatemala y Tailandia fueron, en ese orden, los que más «positivos» dieron. Y por productos, la pimienta y el perejil vietnamitas. En las muestras de la comida para bebés, tan solo en un 0,2% se detectaron niveles superiores a los permitidos.

Duraderos en el tiempo

Para elaborar el informe, la EFSA analizó en 2011 un total de 79.000 muestras de 647 tipos diferentes de alimentos de 27 países de la UE, además de Noruega e Islandia, buscando la presencia de casi 900 pesticidas; y entre ellos aparecieron incluso dos prohibidos en la UE desde 1979. En ese sentido, José Tarazona, jefe de la Unidad de Pesticidas de la EFSA, señala en las conclusiones del informe que «las tasas de adherencia de residuos -refiriéndose a su permanencia sobre el producto- son altas, por encima del 97% para el tercer año consecutivo». Lo que no quiere decir que implique riesgo para la salud.

Alfonso Carrasco, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC y experto en seguridad alimentaria, despeja las dudas sobre esas «adherencias» de las que habla Tarazona. «En realidad, el trabajo confirma científicamente que hay casi una total ausencia de pesticidas en los alimentos y que la presencia detectada no es peligrosa para la salud; ni siquiera por acumulación a lo largo del tiempo. Lo que indica ese inquietante 3% es que hay empresas que incumplen la legislación europea pero no que el consumo de sus productos nos vaya a producir una intoxicación automática. Hoy en día, cuando un compuesto químico es autorizado es porque no hay dudas sobre él. Es más, si se peca de algo es de rigurosidad. Si hay controversia científica se aplica el principio de precaución y no se autoriza. Los alimentos tienen una implementación de seguridad similar a la de los aviones, lo que no evita al 100% los accidentes. La Química ha permitido mejorar el rendimiento de los cultivos hasta donde no era imaginable, y cuando la FAO habla de seguridad alimentaria, no solo hace referencia a alimentos que no nos enfermen sino a cantidades de comida suficientes para no enfermar. Y eso, a nivel mundial, se ha conseguido gracias a la Quimica. No hay venenos sino dosis», termina Carrascosa.

Más trasparencia

Desde la organización de consumidores Facua, sin embargo, su portavoz, Rubén Sánchez, sigue reclamando más trasparencia a los organismos. «Es evidente que sabemos que todos los años se ordena la retirada de productos, pero no sabemos cuáles. Y como consumidores tenemos el derecho a conocerlos. Parece que se protegen más los intereses de las empresas que los derecho de los consumidores».

> Los productos con más positivos: las espinacas

En 2011, se analizaron 994 muestras de espinacas; en 530 de estas (53,3%) no había residuos de plaguicidas, mientras que 464 muestras (46,7%) había concentraciones medibles. En el 6,5% de estas últimas (65 muestras), se superaban los niveles máximos de residuos permitidos. En total, se detectaron 50 pesticidas diferentes y s superó el límite con 26 de ellos.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20140523/abci-alimentos-niveles-pesticidas-201405222226_1.html

 

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