fbpx

Una investigación realizada por la Universidad de Granada (UGR) y publicada en The American Naturalist descubre como la planta Ersymum incanum realiza un mecanismo de autopolinización que le hace distinguirse del resto: La Ersymum incanum frota entre sí sus anteras durante horas, para así dejar caer el polen sobre el estigma y conseguir auto fecundarse. 

El estudio se ha llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Granada y el CSIC, y describen lo siguiente: “Durante diez horas o más, las anteras producen un movimiento continuo similar a un masaje entre ellas que permite al polen polinizar la flor. Esta especie además, se ha especializado tantísimo en la autofecundación que no le interesa ningún otro tipo de reproducción”. Compartimos el time lapse realizado por el equipo de investigadores para documentar el proceso. Según indican, cada segundo de vídeo supone 12 minutos de vida real de la planta. 

Ersymum incanum

Hablamos de la especie sometida a estudio. La Ersymum incanum es una planta con flores amarillas y que pueden localizarse con facilidad en España y en el norte de África. Dentro de esta especie hay plantas exóganas y endóganas, siendo el objetivo del estudio desgranar las razones para ello. A la vez se buscaba explorar la evolución de su sistema reproductivo, así como indagar sobre la posible existencia de algún mecanismo responsable de la autopolinización tan eficiente. 

El proceso

El equipo de investigación realizó los siguientes pasos:

  1. Sembró semillas originarias de Sierra Nevada y de dos zonas diferentes del Atlas marroquí.
  2. Las semillas fueron sembradas en invernadero para evitar la interacción de viento, insectos o cualquier otro condicionante externo. 

Los resultados

No todas las semillas pasaron la prueba, pero sí un número considerable salió adelante, demostrando cuánto le gusta a esta planta automasajearse y en consecuencia, el éxito reproductivo. (Movimiento que queda documentado en el vídeo)

Así pues, se “deja al descubierto que las plantas no son seres pasivos o cuasi, sino que son capaces de generar movimiento con objetivos concretos”, explica Mohamed Abdelaziz, líder del equipo de investigación. 

Comentar